LA SISTÉMICA

DONDE EL CORTOPLACISMO
Y EL LARGOPLACISMO
CONVIVEN EN PERFECTO EQUILIBRIO Y ARMONÍA.

Por experiencias vividas, y por intuición desarrollada, muchos de los actuales
gerentes de empresas y directivos, comparten la idea de que el cortoplacismo es negativo en el largo plazo, pero lo siguen aplicando día a día por una necesidad de resultados inmediatos, pues esa es la demanda de la mayoría de los consejos de administración y las gerencias de las corporaciones. Años atrás un estudio de la Harvard Business School hacia énfasis en cómo el cortoplacismo, superado un determinado punto, lleva al colapso sitémico y a la disolución del mismo.

El trabajo de Nelson P. Repenning y Rebecca M. Henderson se basó en un modelo que representa la relación entre las decisiones cortoplacistas para conseguir los objetivos y la capacidad de una empresa para lograr ventajas competitivas en el largo plazo. El estudio revelaba que es posible identificar un umbral a partir del cual la concentración en los resultados a corto plazo hace disminuir la capacidad de los sistemas para evolucionar en el tiempo, haciendo in sostenible su infraestructura y modelo de negocio.

Antes de proseguir podríamos fijar una definición de lo que puede entenderse como cortoplacismo, esta base es importante pues nos permitirá ver el porque muchas veces utilizamos la etiqueta cortoplacista con fines peyorativos para designar decisiones que, aun erróneas, no tienen por qué entrar realmente en esta etiqueta.

Podríamos fijar el término cortoplaciste como el método de decisión empresarial que prima la consecución de objetivos cuantificables en el ejercicio actual, sacrificando a cambio otras acciones que contribuyen a la capacidad futura de la empresa, principalmente despreciando proyectos e iniciativas con valor actual neto positivo.

Otro de los conceptos que creo que tendría que asentarse para poder tener una visión holística de la empresa, es el concepto de la capacidad, la capacidad en una empresa o organización podríamos determinarla como el grupo de activos con relevancia competitiva que incluye capacidades organizativas y otros intangibles como la reputación, los valores y la imagen de marca. En principio la capacidad se crea y retroalimenta gracias a inversiones a largo plazo, pero su erosión se produce de forma natural y es por ello que requiere, por tanto, de inversión y mantenimiento constantes en los componentes corporativos, tanto humanos como tecnológicos.

Desde este punto de vista podríamos afirmar que es imposible poder imaginar un marco de acción, donde el cortoplacismo y el largoplacismo pudieran coexistir en armonía y equilibrio. Pero el pensamiento Sitémico y la visión holística nos abre un nuevo paradigma, donde estos conceptos supuestamente antagónicos pueden encontrar su sitio, y se pueden utilizar para sentar las bases de una nueva manera de hacer las cosas en las organizaciones.

En principio, nos es difícil prever las consecuencias futuras de una serie de eventos y acciones que están ocurriendo en un continuo presente, mientras que tenemos una desarrollada capacidad para explicar a posteriori el porqué de una situación actual, poniéndola en relación con los hechos pasados (analizando las causas) Así, pocos managers son capaces de ver a dónde les llevan sus decisiones cortoplacistas, pero cuando se produce una crisis todo el mundo es capaz de explicar por qué ocurrió. Pero pocos son los que poseen la capacidad de ver en los efectos las causas que lo provocaron.

Es en este marco de acciones y decisiones, que día a día a de emprender la jerarquía de una organización es donde el cortoplacismo y el largoplacismo se pueden unir a través de la aplicación de las herramientas Sitémicas. Este tipo de enfoque de las organizaciones nos permite desarrollar una visión holística, que ayudará a poder tomar en el cortoplazo la mejor decisión, que veremos dar resultado en el largoplazo. La aplicación del pensamiento Sistémica, permite a las organizaciones
Ver las posibles causas para poder modificar en el tiempo sus efectos.
Utilizando las herramientas que sean más convenientes, dependiendo del tema a tratar, pero con la intención de lograr objetivos, y que los buenos resultados se dilaten en el tiempo.

En la actualidad el discurso empresarial y del Management, nada es tan apreciado como hablar de innovación, investigación y desarrollo, estrategia, gestión del talento, competitividad, capital humano y otros conceptos biensonantes para construir el discurso de cualquier paradigma empresarial. En este marco futuro podremos ver como las nuevas clases dirigentes aplican las herramientas y conceptos Sistémicos, para reforzar los acciones en las organizaciones, utilizando el corto plazo para sentar las bases del crecimiento de la organización y que perdure en el tiempo, desapegados de los resultados y aceptando que dichos resultados, no sean disfrutados por la persona que los aplicaron, pero si por las nuevas generaciones que siguieron su ejemplo.

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